En esta entrada te contamos la interesante historia de los vampiros reales en el mundo, personas que han sido catalogadas como vampiros en el mundo real.
La magia de la sangre como elemento de poder unida a la leyenda de criaturas regresadas de la muerte sedientas de alimentarse de la esencia vital de sus víctimas, han torturado los sueños de infinidad de personas desde hace siglos.
Vampiros, brucolacos, kuei-jins, nosferatus, strigois, vroloks, draugrs, sanguisugas o upyres.
Muchos son sus nombres en los diferentes folclores y tradiciones, pero muy similares las pesadillas que causan.
Nuestra concepción moderna, marcada sobre todo por la literatura y el cine, muchas veces no se corresponde con las auténticas tradiciones orales o escritas.
El folclore popular marca que un vampiro puede serlo por nacimiento, por muerte violenta, por un mal funeral, por maldición o por mordedura de otro vampiro.
Y para darles fin, se debe clavar una estaca en el corazón, decapitarlo, quemar su cuerpo completo, repetir el funeral o mediante la magia negra.
Por norma general, se consideraban vampiros a regresados de la muerte que obtenían energía aprovechándose de seres humanos.
En la actualidad son considerados una mera leyenda, pero como siempre, en algunas ocasiones, la realidad supera la ficción.
Esta es la lista de los más famosos vampiros que realmente existieron de toda la historia.
Vampiros reales en el mundo – Fritz Haarmann, el vampiro de Hannover
Fritz Haarmann, el conocido como vampiro de Hannover, fue un famoso psicópata alemán decapitado por sus horrendos crímenes.
Nacido en 1879 en Hannover, tuvo una infancia tortuosa que marcó su futuro.
Su mama lo hacía comportarse como si fuera una niña y lo vestía como tal, y su padre lo golpeaba violentamente cuando lo encontraba en casa con vestido.
Su carrera criminal comenzó cuando empezó a captar adolescentes, todos varones, que pedían trabajo junto a la estación de autobuses de su ciudad.
Los llevaba a su casa prometiéndoles un empleo, lugar en el que los asesinaba mordiéndoles el cuello violentamente hasta que los desangraba.
Necrofilia, canibalismo, y venta de la carne que le sobraba haciéndola pasar por carne de cerdo fueron un añadido a sus crímenes.
Fue condenado a la decapitación por 27 asesinatos probados, confesó más de 70, y se estima que pudo ser un número bastante superior a la centena.
Su cabeza fue conservada en formol dentro de un frasco para el estudio de su estructura cerebral en la Escuela Médica de Gotinga, hasta hace pocos años, cuando fue incinerada.
Su tumba, que acoge el resto de su cuerpo, reza un lema ” Aquí yace el exterminador”.
Vampiros reales en el mundo – Vincenzo Verzeni, el vampiro de Bérgamo
Vincenzo Verzeni, el vampiro de Bérgamo, nació en 1849, en Bottanuco, Italia en el seno de una familia de campesinos.
Creció en un ambiente violento y ya desde su adolescencia mostró extrañas tendencias, protagonizando diversos ataques en los que se lanzaba al cuello de sus víctimas.
Su primer asesinato probado fue el de Giovanna Motta en 1870, muerta al seccionarle la yugular y la femoral con sus dientes, para posteriormente vaciarla de vísceras y mutilarla.
Aunque se demostraron algunos intentos posteriores no fue hasta dos años más tarde cuando volvió a matar, esta vez a Elizabeth Pagnoncelli, con el mismo horrible método.
Un año más tarde fue detenido y acusado de estos dos crímenes, que confesó sin pudor: “Las maté porque sentía gran placer haciéndolo.
Las heridas de los muslos no son como decís, las hacía con mis dientes para beber con gusto la sangre que chorreaba”
El psiquiatra que lo evaluó, lo calificó textualmente como “sádico vampiro devorador de carne humana”
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Vincenzo fue condenado a cadena perpetua, pero años después, una incomprensible decisión judicial lo puso en libertad, regresando al pueblo donde había cometido los crímenes, en donde vivió, junto a los aterrorizados lugareños, hasta su muerte por causas naturales a los 69 años de edad.
Su momia permanece expuesta en un pequeño Museo de Criminología hasta la actualidad.
Vampiros reales en el mundo – Jure Grando
Jure Grando es la primera persona de la historia a la que le fue atribuida la palabra vampiro.
Su vida fue la normal de cualquier campesino de Istria, Croacia, su tierra natal, pero tras su fallecimiento y entierro en 1656 todo cambió, y los reportes comenzaron a llegar.
Su viuda aseguraba que su cuerpo podrido, ensangrentado y maloliente se aparecía en las noches para violarla.
Situación que el párroco trató de evitar haciéndole frente con un crucifijo.
Este hecho empeoró el humor de Jure, que comenzó a aterrorizar a más gente, hasta que varios lugareños fueron a su tumba y le atravesaron el corazón con una estaca.
Esto pareció no servir de nada, porque cuentan que el vampiro, comenzó a llamar una por una a las puertas de las casas de sus asaltantes por las noches, tras lo que fallecían poco después.
Una muchedumbre acudió al cementerio y desenterró el cuerpo de Jure, que se encontraba sonriendo y en buen estado.
Un lugareño, Stipan Milasic, le cortó la cabeza con una sierra, y la paz volvió a la región.
Quizás no fue más que una simple leyenda que desembocó en una histeria local colectiva, pero lo que sí parece cierto, es que un campesino fue desenterrado y decapitado 16 años después de su muerte, convirtiéndose así en la primera persona considerada vampiro o strigoi de toda la historia.
Vampiros reales en el mundo – Erzsébet Báthory, la condesa sangrienta
Erzsébet Báthory, la condesa sangrienta, fue una conocida noble húngara nacida en el siglo XVI, y a la que le han otorgado el Record Guinnes de mujer asesina más prolífica de la historia.
Tuvo un registro de 630 muertes.
Casada con el Conde Nadasdy, conocido por su fiereza en batalla como el Caballero Negro de Hungría, tuvo una vida de lujo en el castillo de Cachtice, hasta la muerte de su esposo.
Tras la muerte de su esposo, una de sus primeras decisiones fue la de expulsar a su suegra y a la familia de su marido de sus tierras y su leyenda comenzó…
La historia, parte posiblemente cierta, parte posiblemente exagerada, cuenta que se sumió en la obsesión que le suponía envejecer.
Encontrando como solución el darse frecuentes baños en sangre de doncella, a las que mataba legalmente amparada por su nobleza, y desangraba para llenar sus bañeras con ella.
La condesa que no podía ser juzgada por su alta condición social, fue emparedada en solitario en una de las torres de su castillo.
Con una única abertura para pasarle comida, lugar donde permaneció los últimos 4 años de su vida.
Vampiros reales en el mundo – Vlad Draculea, el empalador
Vlad III, o Vlad Draculea, el empalador, es un caso curioso.
Es considerado el mayor vampiro de la historia por la gran mayoría, y, sin embargo, no lo fue.
Vlad, príncipe de Valaquia, situada en la actual Rumanía, no bebía sangre, no comía la carne de sus víctimas y no la usaba para nada, excepto para sembrar el terror.
Indiscutiblemente, sus actos lo convierten en una de las personas más brutales de la historia.
Aunque muchos defienden que era la única manera de preservar su territorio en el Siglo XV, época en la que vivió.
Su costumbre cotidiana eran los empalamientos, consistentes en un gran madero vertical con la punta superior afilada, sobre el que se ataba sentada a una persona.
La ley de la gravedad y el paso de las horas hacían el resto, hasta que muchas veces la víctima llegaba al suelo traspasada por completo.
Incluso el gran Mehmed II, tuvo que regresar al imperio turco, cuando se disponía a atacar Valaquia con su ejército, al contemplar con sus propios ojos una de una de las creaciones favoritas de Vlad.
Mandaba talar un bosque completo, con el que se fabricaban las estacas de tres metros y medio, y sustituía los árboles por empalados.
El tener que cruzar un bosque conformado por 25 mil prisioneros empalados vivos, fue demasiado para el ejército turco.
Incluso en ocasiones organizaba fiestas en medio de bosques de empalados, en donde comían y bebían ante los gritos de dolor de miles de torturados.
El terror que causaba fue demasiado para algunos rivales, lo que disparó las leyendas acerca de su persona.
Convirtiéndolo en un regresado de la muerte con poderes paranormales que se alimentaba de carne humana.
Vlad III, que inspiró la novela de Drácula, aunque poco tiene que ver con su vida, es considerado un gran patriota rumano y su figura ha sido restaurada hasta convertirlo en un héroe nacional.
Aunque durante su vida, sembró el terror empalando a posiblemente medio millón de personas.
Como ves, aunque los vampiros no existan como tal, siempre habrá alguien dispuesto a usar los 6 litros de sangre de otro en su propio beneficio.
Locuras y rituales que escenifican la supremacía sobre los demás.
El robar la misma esencia de otros para ser más poderoso.
