En esta entrada te contaremos de un extraño pueblo de Alaska que vive en un solo edificio.
¿Alguna vez imaginaste que todas las personas de tu ciudad vivan bajo tú mismo techo?
¿Y que para ir a una tienda no tengas que salir a la calle, sino subirte a un ascensor?
A continuación, conoceremos cómo es vivir en Whittier, el pueblo en el que toda la población vive en el mismo edificio.
Para conocer esta historia nos trasladaremos a Alaska, en el norte del continente americano.
En rigor iremos hasta Whittier, un pequeño pueblo ubicado en el sur del estado, a unos 100 kilómetros de Anchorage, la capital de Alaska.
Al tratarse de un poblado de esta zona podríamos hablar de las bajas temperaturas o de sus increíbles paisajes.
Sin embargo, lo que nos trae hasta aquí es una característica especial.
Casi la totalidad de los habitantes de Whittier pasan todo el día adentro de un edificio.
Es que allí viven, realizan sus compras, van al hospital, la policía, la parroquia o la alcaldía.
Como surgió el pueblo de Alaska que vive en un edificio
¿Por qué pasa esto? ¿Cómo se llegó a esta situación?
La zona se pobló tras la época de la Segunda Guerra Mundial.
Estados Unidos quiso construir una base militar secreta, y este fue un buen lugar por dos motivos.
Por un lado, las enormes montañas que la rodean la mantienen escondida.
Y por el otro, tiene la ventaja de estar frente a una bahía en la que el agua no se congela en invierno, por lo que se puede navegar.
De esta forma, se construyeron las Begich Towers, que hoy son hogar de las familias de Whittier.
Hace más de medio siglo estaba planeado construir diez edificios de este tipo, pero solo se hicieron dos.
A principios de la década de 1960 el Ejército dejó de utilizar los edificios, y uno de ellos quedó para la población civil.
Pero, ¿Qué pasó con el otro edificio del pueblo de Alaska que vive en un edificio?
Se trata de la torre Buckner, que fue la más grande de toda Alaska cuando se inauguró.
Le sigue haciendo compañía a las Begich Towers, pero está totalmente abandonada.
Cuando se retiraron los militares, esta construcción quedó desolada.
Se consideró derribarla, pero lo cierto es que costaría millones de dólares, ya que se utilizó amianto durante su construcción.
De hecho, es este material el que impide que sea habitable.
Volviendo a las Begich Towers, el corazón de Whittier, lo que sucede en la práctica es que los vecinos se cruzan en los pasillos o en el ascensor, en vez de hacerlo en la vereda o frente a un semáforo.
Esta forma de vida comunitaria favorece además a la eficiencia energética.
Es que, durante los meses de invierno, cuando atacan las temperaturas bajo cero, es más fácil resguardarse del frío todos juntos.
Para la vida cotidiana, uno puede no tener necesidad de salir, ya que las cuestiones básicas están adentro.
Sin embargo, para los residentes que quieran pasear o ir al cine, pueden hacerlo en Anchorage.
Para ello, deberán atravesar el túnel que llega a la ciudad que, como dijimos, está rodeada de montañas.
Por allí circulan autos y trenes y tiene una sola mano que cambia de dirección cada media hora.
Es decir, si uno llega en un mal momento deberá quedarse esperando varios minutos para emprender los 4 kilómetros que van de una punta a la otra.
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Pero lo peor que nos puede pasar no es tener que esperar unos minutos.
Es que, por la noche, a eso de las 22:30 horas, el túnel se cierra hasta el otro día, por lo que tendremos que esperar en nuestro vehículo.
Así que a todos los aventureros que quieran conocer este lugar les recomendamos que planifiquen bien la llegada y la salida para no tener que esperar horas y horas frente a la entrada.
Igualmente, por fuera de las Begich Towers lo cierto es que hay algo más en Whittier.
La escuela, por ejemplo, se encuentra del otro lado de la calle.
Sin embargo, para que los niños puedan acceder en invierno sin problemas se construyó un túnel subterráneo.
Y hasta el recreo lo realizan en un patio interno.
También hay algunas casas que están aparte.
Es que en rigor hay unas pocas familias que no viven en el edificio principal.
De los 220 habitantes, más del 80% está en Begich Towers.
El resto eligió mudarse a tan solo unos metros, pero ya no bajo el mismo techo.
Muchos estarán pensando a esta altura si es accesible conocer este lugar.
Lo cierto es que sí, y hasta existe un alojamiento para turistas dentro de las Begich Towers.
Quienes se acerquen en verano también lo pueden hacer en barco, ya que son muchos los que llegan por agua a disfrutar de los paisajes y de las montañas.
También podrán ser testigos de las llamadas noches blancas, en donde el sol no se termina de esconder.
Aunque esto también puede resultar una complicación para quienes tengan problemas para dormir.
A contramano, quienes vayan en invierno podrán vivir la experiencia de no ver el sol en todo el día.
Y ahí sí que visitar el edificio abandonado puede llegar a convertirse en una experiencia de terror.
¿Te imaginas cómo sería vivir en el mismo edificio que todos tus vecinos?
¿Qué es lo que más te gustaría conocer de Whittier?